Las aprensiones de los trabajadores se
fundamentan en que una vez finalizada la obra. La administración del nuevo hospital
se entregaría al mismo consorcio privado que se adjudicó la construcción, con
las consecuencias que ello implicaría.
Como la precarización, ya que todos los
trabajadores del nuevo hospital trabajarían con el sistema que hoy tienen las clínicas
privadas. Perdiéndose el sistema de plantas que hoy existen.
Otro tema tiene que ver con la tercerización
de los distintos servicios hospitalarios como laboratorios y servicios clínicos.
Los cuales tienen directa incidencia en la atención de los pacientes. Transformando
un hospital público en privado donde el objetivo
principal es el lucro.
Para fundamentar sus argumentos los gremios
hicieron una exposición sobre las catastróficas experiencias del sistema de concesiones
en Chile. Como el transantiago y las cárceles concesionadas, donde el estado y
los usuarios han tenido que pagar un costo económico y social muy alto. La experiencia
internacional sobre las concesiones hospitalarias no son para nada auspiciosas.
En el caso de España e Inglaterra,
muchos usurarios han tenido que recurrir a organizaciones humanitarias o
estatales para atenderse. Cuando su enfermedad y tratamiento médico no son
rentables para los recintos concesionados.
Los gremios además denuncian que a la
comunidad y a los trabajadores de la salud no se les ha consultado sobre el
tema. Y las autoridades de gobierno amenazan que si el hospital no se hace a través
de este sistema Chillan se quedaría sin hospital. Los trabajadores de la salud
afirman que el nuevo hospital es necesario pero, que su construcción y administración
debería ser estatal como siempre lo ha sido.