
Ante este escenario, se
hace necesario volver la mirada hacia la organización de los
trabajadores. Que es por excelencia ha sido la plataforma de
lucha de las reivindicaciones sociales y económicas de aquellos que
vivimos de un salario. Si realmente pretendemos un cambio profundo en
las condiciones laborales, es necesario aprender de la experiencia
del sindicalismo internacional y rescatar nuestra historia.
Realidades como la de Inglaterra, Polonia o nuestra cercana
Argentina. Donde la organización de los trabajadores no sólo logra
reconocimiento de los actores políticos y económicos. Sino que
también los convierte en protagonistas de las transformaciones
sociales en sus respectivos países.
Aunque esto parezca
lejano a nuestra realidad. En el pasado esto también llegó a
ocurrir en nuestro país El movimiento social impulsado por los
trabajadores a comienzos del siglo XX fue capaz de lograr
transformaciones sociales importantes. Muchas de ellas aún
subsisten en nuestros días como testimonio de la unidad fue y sera
posible.
Volviendo a nuestro
tiempo el movimiento estudiantil que se inició el 2006 con la
llamada revolución pingüina. Despertó un movimiento social tan
potente que rompió con años de indiferencia, obligando a que los
gobiernos de turno dieran solución a muchas de sus demandas. Los
protagonistas eran jóvenes de 12 a 20 años de edad, que quizás
nunca escucharon del poder popular. Tampoco se identificaban con
algún sector político. Sin embargo, su hambre de justicia social y
fe en la unidad logró hacer sentir el poder de la organización
representada por sus asambleas y coordinadoras.
La organización de los
trabajadores no ha estado ajena a esta realidad. Aunque en menor
escala con respecto al movimiento estudiantil, resulta necesario
destacar algunas experiencias que pueden ser un aporte a nuestro
debate. A finales del año 2005 la Confederación de Trabajadores
del Cobre (CTC), conformada en su mayoría por trabajadores
subcontratados de CODELCO. Protagonizó un inédito paro de faenas en
donde operaban sus sindicatos de base. Por primera vez desde la
creación del plan laboral, la unidad los trabajadores pone en jaque
el ordenamiento impuesto. Obligando al gobierno a redactar una ley
para regular la subcontratación en nuestro país. Otra experiencia
similar es la del movimiento de los trabajadores de la Unión
Portuaria. Que nace como una coordinadora que agrupaba a los
trabajadores de los puertos de la región del bio-bio, con el fin de
negociar condiciones comunes de trabajo. Entendiendo que la
negociación tradicional los limitaba, optaron por la unidad sobre la
formalidad. Durante los años 2011 y 2013 protagonizan dos paros que
obligaron la intervención del gobierno, quien finalmente tuvo que
actuar como mediador.
Tanto el movimiento de
los estudiantes como él los trabajadores subcontratados y
portuarios, como para nombrar algunas experiencias. Son ejemplo que
la unidad sigue siendo una importante herramienta de cambios de la
realidad social. Y de alguna manera reafirman la idea que la unidad
de los trabajadores los hace invencibles.
Documento
guía para las comisiones del Cuarto Congreso Diocesano de
Trabajadores 2013
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