Un Viaje en el Transantiago.

Por Juan San Martín
Para Trabajadores adelante


Una de las cosas que siempre me llama la atención cada vez que viajo a Santiago, es ver algo nuevo. En las calles, el trancito, los edificios y su gente. Pero hay cosas que nunca cambian pese a la modernidad. Se peguntara porque digo esto, les voy a contar una experiencia que ha servido para más de una autocrítica a nuestras costumbres y lo mal que se utiliza un medio de transporte que financiamos todos los chilenos.

Por asuntos del sindicato me toco viajar el viernes pasado desde Chillán a Santiago acompañado de un compañero de trabajo. Apenas llegamos a Estación Central nos dirigimos raudos a comprar las Bips. Para trasladarlos desde allí a la plaza de Maipú. En el trámite demoramos aproximadamente una media hora, ya que era la hora de almuerzo y había poco personal en las boleterías del metro. Abordamos el 416 destino a Maipú pasando solemnemente la tarjetita en el escáner del bus. Pero al poco andar nos dimos cuenta que pocos utilizaban el aparatito, inclusive muchos subían y bajaban todo esto con toda naturalidad.

Donde yo vivo todos pagan el pasaje de la micro independiente sea oficinista, obrero o estudiante. Y créanme que el sistema de locomoción de provincia es bueno y lo más importante, es sustentable. Me parece que no es posible que el sistema de transporte santiaguino no se haya ajustado a nuestra idiosincrasia y costumbres que lamentablemente no son las mejores.